Los dispositivos móviles son cada vez más populares, son utilizados por más gente y con fines más diversos. Esto incluye desde acceder a la banca online, mensajería de todo tipo o navegar por Internet, hasta hacer fotos o tomar notas.
Todo ello implica que los desarrolladores de malware hayan enfocado su objetivo a este tipo de dispositivos. ¿Por qué? Es un negocio. ¿Qué sacan ellos? Obtener credenciales bancarias, datos sensibles, incrustar publicidad no deseada e incluso utilizar dichos terminales para realizar ataques de Denegación de Servicio.
Además, muchas de las aplicaciones maliciosas tienen la capacidad de modificar su comportamiento y de descargar nuevo malware, por lo que realizar las acciones anteriormente mencionadas es cada día más sencillo.
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